Oscar Cortés Tapia
Nationality: México
Email: los_60_cortes@ymail.com
Nationality: México
Email: los_60_cortes@ymail.com
Oscar Cortés Tapia
Mexicano. Nací en Chilpancingo, estado de Guerrero, en 1960. Soy licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México, y estudié la Maestría en Letras Mexicanas en esta misma institución; también licenciado en Derecho por la Universidad del Valle de México.
En la revista Ruptures, de Quebec, me publicaron el poema "Don Panchito", el cual se tradujo al inglés, francés y portugués.
En 1996-97 formé parte del colectivo artístico El Erizo de Arquíloco.
En 1998 obtuve la beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Guerrero, en el rubro de Creador con trayectoria; y los premios Punto de Partida 1990 en Cuento y el de 1992 en Poesía; así como el Premio de Poesía Gabriela Mistral 2000.
Entre mis publicaciones de poesía están Voces como silencio (1995), Tierra de palabras (1996), Cuaderno de iluminar ausencias (1997), La misma pluma (1998), Elogio de El Santo y otros poemas (2001), Elogio de lo baladí (2004) y Las hijas pródigas (2011).
En Noviembre de 2012 gané el Certamen de Poesía Demiurgo, convocado por la editorial Valentia Autores, de España; y en Julio de 2013 la Universidad del Valle de México me otorgó el premio Lince de Oro.
Actualmente colaboro en la revista Trinchera y en revistas literarias electrónicas, como Letralia, Periódico de Poesía y Salvo el Crepúsculo. También conduzco el programa radiofónico en línea Déjame que te cuente, que se transmite por Ciudad Radio Mx.
La pluma
Es una prótesis, recuerdo del onceavo dedo:
el índice faltante que mencionan las mitologías
(Encolerizado, un dios analfabeto
lo arrancó de los hombres.
Así castigaba el deseo rebelde:
que repitiesen en la tierra o las vasijas,
la palabra creadora)
Flamígera en ocasiones culminantes,
irreprochable testigo casi siempre,
la pluma nos despalabra
culpa a culpa, hastío por hastío;
o traza para nosotros
la felicidad momentánea
pero legible
Elogio del vuelo enclaustrado
Estas manos
no firman decretos
no cultivan rosas
no dirigen naciones
no amasan harina
no levantan muros
no matan tiranos
no arreglan relojes
Y las amo
Ellas tañen a la Necesaria
Arrancan de su garganta sedas guturales
Con papilas imposibles la catan de punta a punto final
Y en el colmo de la magia
transforman sus ojos en avellanas líquidas
Las amo también
por otros prodigios
Frente al liso dominio de la pared
conducen animales oscuros, domésticos
hacia un Arca de Noé que no sabe de caídas
Su muda semántica da la misma carne
al retorno
al presente
a lo cercano
En la noche de mi habitación
atrapan la tenue luz de una plegaria
Y la ciudad y sus filos
se asoman sin hipocresía
Giran alrededor del sol de Dios
Hay momentos en que estas manos
destinadas a concluir mis muñecas
se convierten en puños de alegría
Y el ademán las enclaustra
Su genética es de alas
Deberían volar
La taza de café
La mesa es un velero fraterno
y beber una taza de café con un amigo
es soltar amarras y comenzar el íntimo cabotaje
que el sol coloquial acompañará hasta la punta de la noche
En aguas someras
los navegantes del fuerte aroma africano
tiran el ancla, pliegan las velas en cruz
y se arrojan gozosos a las cálidas olas de las hablillas
Hay ocasiones
en que un mar picado tambalea la mesa
y los marineros relatan historias de ahogados y extravíos
Entonces la mesa pone proa hacia puerto franco
Si dos amigos se reúnen ante una taza de café
un oleaje secreto comienza a inundar el mundo