Lorena Arana
Poeta colombiana....
"Sí, soy yo.
De cabello corto, ocho piercings y miedo a las alturas.
Adicta a la rumba y a la calle, pero no a las aventuras.
Me gusta la farra, pero soy abstemia.
Feliz y optimista,
pero poetisa.
De camisas cortadas,
pero por la modista.
Moralista,
pero fumadora".
LORENA ARANA
"Cuántas vidas completamente distintas tenemos en una sola"
‘BIENVENIDO’
Por: Lorena Arana
Bienvenido, querido cibernauta en busca de la ciudad perdida.
Bienvenido, sufrido ser humano con el alma herida.
Bienvenido, afortunado que encuentra lo que no andaba buscando
y ahora lo está encontrando,
sin esfuerzo y sin estar sudando;
solo caminando
la vida como es.
Bienvenido, colega poeta amante de la verborrea,
esa enfermedad que pica el alma el doble que una gonorrea
y hace que vomite todo lo que siente en un papel.
Al que la sufre, a él,
le salen letreritos
de los coditos
y en momentos, explota,
en palabras, como pelota.
Bienvenido, soñador.
Sí, usted, señor;
el que cree que pasará;
que, realmente, todo cambiará.
Ella volverá.
Él revivirá.
Cada vez que usted lo sueña,
se hace realidad
en otra dimensión,
con el poder de su imaginación.
Bienvenido, al que piensa todo de más;
se llame Pedro, Juan o Tomás.
Bienvenido, al que se pierde en el punto de fuga de un dibujo;
seguro adivina todo, aunque no sea brujo
y tiene paz en su cabeza
y no le pesa
y es lo único que necesita
para que la vida sea exquisita:
saborearla desde adentro.
Ahí, en el centro,
está todo:
el letrero del codo,
el sueño,
el amor,
la felicidad.
Lo que te negaron, tú te lo das,
tú mismo.
Bienvenido, altruismo,
budismo, judaísmo.
Bienvenido, ser humano, al planeta Tierra;
que a algunos aterra
y a otros no,
como tú y como yo.
Bienvenido a la vida,
a la muerte,
a lo que se nos muestre.
Pues, tal vez, no sepamos a que hemos venido,
si alguien no nos dice "bienvenido".
‘DEBO CONFESAR’
Por: Lorena Arana
Debo confesar:
me gusta besar
y rezar
también me gusta.
Debo confesar,
me asustan y cegan
las mujeres que llegan
a ver qué parte de mí se llevan
y me dejan vacía,
con el alma fría;
muerta en vida,
por un momento.
Debo confesar, no he muerto;
pero, lo he sentido.
Debo confesar.
¿Por dónde empezar?
Esperando a que llamés.
Recordando tu idea del arnés.
Debo confesar y no me rajés
con el puñal del dolor,
ese que llaman "amor".
Mira que ya me he recuperado.
Con otra he estado.
A otra he besado.
Hasta me he acostado.
¿Por qué me tocas, me besas?
¿Por qué soy feliz cada vez que empiezas?
¿Acaso sabes que me gusta besar?
Pues sí, debo confesar:
Me hice ideas de amor con otra.
No. No estés en mi contra.
Vos me hiciste sufrir mucho
y ella no era para mí.
Por ti,
volver a llorar temo;
que nada funcione,
cuando yo ya me emocione
y nos quedemos con los crespos hechos
porque yo a vos te llevo en el pecho.
Además, la gente habla.
¿Qué pensarán?
¿Qué estarán diciendo?
¿"Ahí va a la que se la están haciendo"?
Y en algún momento,
la cordura me puede ir destruyendo,
los celos carcomiendo.
Si estoy con vos, me voy muriendo.
Debo confesar, amor de mi vida:
¡Qué triste sería la partida
de toda la experiencia vivida
con vos!
Ayer, fuimos dos.
Hoy, somos uno y medio.
Debo confesar, también, el tedio
que podríamos encontrar juntas.
Tú llegas y me untas
de todos tus colores,
olores
y dolores.
Debo confesar: a veces,
estar sola me entristece
y otras, me hace feliz;
como una perdiz,
no como lombriz.
Esas no son felices.
Andando en la tierra,
son infelices.
No, no te erices.
Pues, yo a veces, me siento como una
o como las otras.
¿Qué hay detrás?
De vos ¿qué hay detrás?
De esa fuerza con que entrás
en mí y te centrás
en medio de mi espalda
y si tuviera falda,
en ella te meterías.
Me sonreirías
y te burlarías
de que la llevara puesta
y así, expuesta
toda mi feminidad
y qué interesante trenzar
con la tuya, mi unidad.
Pues bien, mujer.
Esto no lo habré de sostener.
Pero, para crecer,
para madurar,
para continuar;
ya sabes,
debo confesar.
‘AUTODESTRUCCIÓN’
Por: Lorena Arana
Increíble.
Sentada aquí, día y noche, esperando a que llamés.
¿En qué momento la vida se resumió a esto?
En la iglesia, lo llaman fe.
¿Vos cómo lo llamarías?
¿Estupidez?
Yo sí. Soy consciente…
Días y noches pasan, pero yo soy la misma.
El mismo cuerpo. La misma ropa.
La misma expresión.
Aunque, mis emociones han cambiado.
Ya no soy feliz, lo acepto.
Pero vos ¿cómo estás?
Eso me da una curiosidad hasta morbosa. Lo siento.
Entenderás… El amor se puede tornar amarillista.
Esta es la verdad:
Estoy enferma desde el mismo instante en que te fuiste.
¿Contenta?
Pero, la enfermedad es la misma medicina.
¿Autodestrucción?
¿Círculo vicioso?
Tal vez…
Este vicio también mata, pero la diferencia es que se siente mientras lo hace.
No como el cigarro.
¿Cuántas vidas pasarán antes que te olvide?
Creo que la actual no ayuda mucho.
Perdóname, te amo y te extraño.
He visto mañanas grises, tardes negras.
¿Qué más?
Gente feliz y tranquila.
Yo mojo mi almohada.
No la cama, como cuando estabas vos.
¿Tu corazón es tan cruel?
Mi olvido tan ineficiente