La intacta brevedadHas transitado de frente mi sangre,
tan aguda en tu relieve de niebla
que olvido habitarte sin herirme de amor.
Y es que tú siempre
irrumpes anónima en mi vientre,
con todas las llaves delatoras del beso.
Llegas con tu cuerpo desatado,
cómplice asidero del fuego,
y luego simplemente partes
con tu rostro de poema innecesario,
todavía creyéndote la intacta brevedad.
Pero aún me serás vital ante la noche,
como una trinchera ante la deuda de amarte,
como un utillaje de lloviznas
para retardar la aurora,
para penetrar tardíamente cada espejo
hacia donde no hayas huido todavía.
*Del libro 'La tregua imposible', 2005.Incitada cumbreEscucha.
que la lluvia se desgarra
presurosa contra las sábanas
sobre este ardor del aire,
ardor de entrega.
Escucha como creces
desde lo más oscuro del sudor.
Es tu voz que se corta,
-ajena flor del ansia-
en los íntimos ángulos de la humedad.
Es el deseo y su silabario de fuego,
como una redimida marejada
abriéndose desde tu vientre.
Es tu aliento, niebla amante.
Niebla atada a sus ritmos de flama,
acá entre nuestras bocas
suspendidas como mundos de sal.
Sí, escúchate, eres toda tú,
la brisa más próxima al amor,
abriendo mi torso
hasta tu más incitada cumbre.
*Del libro 'La tregua imposible', 2005.Inventario nocturnoEsto es tan sólo la noche:
mariposa en exilio
rodeándose de su fuego final.
Es la complicidad rota
de los sueños
entre la negra inercia del café.
Es sólo mi manía
de perder la mirada
entre los infinitos
ases del olvido.
Esto es sólo
el pálido error de cada noche
pulsando los silencios
como si fueran lágrimas.
Pero aquí no queda más llanto,
ésta es sólo una ínfima luna
cayendo signataria hacia el adiós.
Esto es simplemente la noche:
antigua apuesta
de pétalos derribados,
veladura de adioses,
viejo peso de brumas derrotadas.
Esto es sólo la noche:
pecado final de la lluvia
donde ya no haces falta,
ya no faltas tú.
*Del libro inédito: 'Recital del adiós'.Umbral de extravíosYa es viernes,
silenciada obertura de mi abismo,
sorda hoguera de mi voz.
Todo es viernes
en el desolado gesto de la lluvia,
pero ya no regresas
con tu ciega jornada
de hambres y de abrazos.
Ya no vienes
porque estás detrás,
muy detrás de la noche,
allá entre las inapelables
grietas del viento,
justo en este viernes,
gruta de todos los lutos.
Hoy es viernes,
copiosamente viernes,
desvalido salto de mi sangre,
umbral extraviado de Dios.
Pero tú ya no vienes
con tu antiguo júbilo
de clavel tiznado,
a desmoronarte fatigadamente
amada sobre mi pecho.
*Del libro inédito: 'Recital del adiós'.biografia:
Alexander Alvarado nació en Heredia, Costa Rica en 1978. En el año 2000 se graduó de la carrera de Bachillerato en Enseñanza del Inglés en la Universidad Nacional. En el año 2003 ingresa a la carrera de Filología Española en la Universidad de Costa Rica y en la actualidad cursa la carrera de Diseño Gráfico en la misma institución. Desde el año 2002 asiste a los talleres del Círculo de Poetas Costarricenses creado en 1961 por Jorge Debravo y Laureano Albán. Actualmente forma parte activa del Movimiento Literario Trascendentalista fundado en 1974. Es autor del poemario 'La Tregua Imposible', publicado en 2005. Actualmente prepara nuevos poemarios.
almasitt@yahoo.com